Hoy, más que nunca, los consumidores, los pacientes, los socios comerciales y los organismos reguladores exigen que los datos de los productos sean cualificados, pero la complejidad y el alto coste de la inversión en tecnologías ofrecen datos de baja calidad. Los estándares GS1 permiten a las empresas crear una versión digital de un producto tan buena como la física, lo que beneficia tanto a los consumidores como a los pacientes: